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Cruz Roja Ecuatoriana continúa con la ayuda humanitaria en la provincia de Manabí

30 de junio 2016

Son las nueve de la mañana de un día soleado y caluroso en las comunidades de Manabí. El equipo técnico y los voluntarios de Cruz Roja Ecuatoriana están listos para su recorrido hacia San Vicente, cantón ubicado en la provincia costera. Todo inicia en el campo base de Manta, lugar que se ha convertido en el hogar de jóvenes voluntarios dispuestos a brindar su ayuda desinteresada a las personas afectadas por el sismo del pasado 16 de abril.

Desde este centro de operaciones, la caravana inicia su recorrido. Dos camiones encabezan la movilización, van repletos de kits de cocina, frazadas, contenedores plásticos de agua y lonas plásticas. Cuatro camionetas y dos buses con técnicos y voluntarios de Cruz Roja escoltan los camiones. Un intenso sol los acompaña todo el camino. 

A dos horas de iniciado el recorrido, la ayuda finalmente llega a su destino; la población de la parroquia de San Isidro, ubicado en el cantón Sucre de esta provincia espera con ansias la llegada del convoy de Cruz Roja Ecuatoriana. Esta zona rural busca recuperarse de los graves daños provocados por el terremoto para volver a ser considerada como uno de los principales destinos turístico de la provincia.

La siguiente parada es en la comunidad de San Miguel de Piquigua, uno de los 42 centros poblados de la parroquia donde habitan alrededor de 400 personas. Mercedes Macías y Verónica Mera nos invitan a conocer lo que quedó de su negocio, un asadero de pollos.

La noche del desastre, Mercedes y Verónica perdieron su local de comida. Sus esposos, quienes  se dedican a la agricultura, trabajan arduamente para suplir las necesidades de sus familias pero ese ingreso económico no es suficiente. Por ese motivo decidieron reactivar su negocio a pesar de la adversidad.

Improvisaron mesas y sillas para atender a su clientela. “Si antes vendíamos 25 pollos diarios ahora solo vendemos 10; pero eso no nos impedirá que sigamos buscando el sustento para nuestras familias que necesitan de nosotras, sobre todo nuestros hijos que pronto tienen que volver a la escuela”, comenta Verónica.

Tras un extenso y extenuante recorrido por la parroquia de San Isidro, el equipo inicia su regreso. Son las 17:00 horas. Durante estas operaciones que se extienden por semanas, el personal y voluntarios de Cruz Roja Ecuatoriana extrañan a sus familias, cambian sus hábitos alimenticios, pasan noches sin dormir y al final del día, reconocen que el esfuerzo valió la pena. Cargados de historias, recuerdos y emociones intensas pueden imaginar también todo lo que no hubieran podido vivir, aprender y valorar de esas más de 300 familias que recibieron no solo kits de ayuda humanitaria sino también mensajes de esperanza y abrazos solidarios. 

Comunícate con nosotros: 

infodonaciones@cruzroja.org.ec

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